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~ NiMuE ~

En el rincón más oscuro de mi corazón

Ese día todos estábamos preocupados, él seguía enfermo, y los médicos decían que aquello ya no tenía solución, que habían hecho todo cuanto estaba en sus manos, pero que ya era demasiado tarde, solo quedaba esperar, y en esa espera hacerle el hombre más felíz, dentro de lo que cabe, y que estuviese sedado era lo mejor, ya que en ese punto tan avanzado de su enfermedad los dolores eran terribles.
Todos durante esos días vivíamos con el corazón en un puño, siempre pendientes de las noticias del medico, de cualquier avance o retroceso, atentos a sus susurros y delirios propios de la morfína, a los dulces besos y apretones de mano, a no dejarle solo, que se sintiera querido y para nada abandonado, que supiera que estábamos dispuestos a todo para que siguiera con nosotros.
Yo acababa de llegar de clase, y como todos lo días a esa hora el estaba comiendo, si es que a eso que tomaba se le pudiera llamar comida (eran batidos energéticos, ya que no podía masticar, era lo único junto con purés que su estado le permitía), llegué y me apretó la mano, me dio un beso, me dijo que me quería y me pregunto, con su vocecilla ya quebrada, que tal me había ido el día. En esas llegó mi hermano, también venia de clase, no sé que pasó pero entre mi madre y él me hicieron meterme en mi cuarto y ponerme música, al rato entró mi hermano y salimos a la calle, a la farmacia, a buscar no sé que medicamento, mi hermano me explico que le había entrado un pequeño ataque y que mi madre se había puesto muy nerviosa y por ello lo de meterme en la habitación. La farmacia estaba cerrada, y volvimos a casa, los dos intranquilos y yo temiéndome lo peor. Cuando entramos no me dejaron verle, la puerta del salón estaba cerrada, mi madre salió y me llevó a casa de la vecina, allí comí y me puse a jugar con sus niñas pequeñas, pero no podía quitarme de la cabeza la idea de que no me habían dejado quedarme, ¿y si este era el fin? No me habían dejado despedirme de él, intentaba borrar de mi mente todo pensamiento negativo pero una y otra vez bombardeaban mi cabeza ideas trágicas, frías, y no podía parar, un pensamiento llevaba a otro y una y otra vez me repetía a mi misma, para, para, ¡¡PARA!! Pero nada, yo y mis veloces pensamientos, todo un caso.
Después, a eso de las 5 de la tarde vinieron a buscarme mi hermano mayor y el que anteriormente había estado en casa conmigo y la hija de una amiga de mi madre, algo mayor que yo, me dijeron que si nos íbamos, que si me llevaban a clase, evidentemente no fuimos porque salía a las 5 de clase. Tenían los ojos llorosos, rojos y aunque trataban de disimularlo habían llorado, después de repetir incansablemente que no había pasado nada, nos fuimos a la casa de la chica que nos acompañaba, ella supuestamente no sabia nada de lo que le había pasado, únicamente lo que le habían contado mis hermanos, es decir, lo mismo que a mí, que había tenido un pequeño ataque y que ahora ya estaba mejor, en el clínico, en vigilancia, pero mejor.
Aquella noche dormí en su casa, estuvimos solas, creo, a mitad de la noche tuve un sentimiento, un sueño de que mi padre ya no estaba, de que se había marchado, de que ese era el último día que le había visto y que le volvería a ver.
A la mañana siguiente vinieron mis dos hermanos mayores, y me dijeron que ya había acabado todo, que ya no estaba con nosotros, todo lo que había pensado el día anterior había ocurrido, pero me lo tome mejor de lo que esperaba, me lo tome con tranquilidad, todos sabíamos que tarde o temprano iba a ocurrir, así que lo único que podíamos hacer era tomárnoslo lo mejor que pudiéramos.
Después fuimos a casa, me prepare y nos fuimos al tanatorio, yo aún no me creía que eso estuviese pasando, tenía la sensación de que de un momento a otro iba a aparecer, me iba a dar un beso y me iba a despertar de esa terrible pesadilla, pero nada de eso ocurrió.
Al tiempo descubrí que había muerto en mi casa, y no donde en un principio se me dijo, pero eso ya daba un poco igual, el caso era que ya no estaba y que no volvería.
De esto han pasado ya tres años camino de cuatro y aún lo recuerdo como si me hubiése pasado ayer, no me hago a la idea de no tenerle, me duele pensarlo, pero es así.
Se que a él no le gustaría que estuviese triste, pero es que hay momentos en que es irremediable.

3 comentarios

NADA -

Hola. Me he estado paseando por tu blog, y he llegado aquí.
Me has recordado la muerte de mi padre, que ocurrió hace tres años también. La diferencia es que él era un anciano, pero no por eso se les quiere menos...Lo que te puedo decir es que, y esto lo he comentado hace muy poco en otro blog, echo de menos sólo su presencia física, porque en otro sentido está siempre conmigo, creo que por lo que nos quisimos. No hay un solo momento del día en el que no esté presente en mi ánimo, porque nunca se pierde a quien se ha querido. Otra cuestión es que tú eras una niña y yo soy una adulta, y quizá tú le necesitases más en ese momento, pero como te digo, creo que está en el aire que respiro, en la luz que me ilumina..
Un beso

loli -

eso que cuentas es muy triste

-NiMuE- -

Esto es algo verdadero, me ocurrió y lo cuento. Es parte de mi historia, de mi presente y de mi futuro.