Blogia
~ NiMuE ~

Una mirada, un segundo y una vida

Estaba en un lugar grande aunque había tal saturación de gente que el movimiento e incluso la estancia se me hacia pesada, fue solo un instante, había mucho movimiento a mi alrededor, algo confuso pero estoy segura de que lo recordare toda mi vida, fue un segundo, apenas llego, pero fue intenso, por lo menos por mi parte, y espero que así sea también por la suya.
De repente en todo ese remolino de gente, nuestras miradas se cruzaron, ninguno de los dos supongo lo hizo intencionadamente, simplemente surgió, yo encontré la suya, bueno mas bien me tope con la suya de pura casualidad, nadie hablo pero fue como si hubiésemos intercambiado miles de palabras. Ese momento fue como una especie de dejabi, algo que recuerdas haber vivido con anterioridad, esa mirada penetrante, cautivadora, que expresa cientos de cosas a la vez, que cuando esos ojos te miran sientes como lo hacen y tienes ganas de todo, reír, llorar, hablar.. se conjugan los sentimientos.
Aquella mirada me resultaba familiar, había complicidad, él ya me había mirado hace tiempo, nuestras miradas ya habían coincidido, no una si no muchas veces, era como si hubiésemos sido amigos de toda la vida, hartos de mirarnos fijamente a la hora de contar secretos, hartos de estudiar con detenimiento cada parte, cada enigma que guardaba el otro, de aprender a descifrar. Los dos habíamos cambiado, pero aún nuestras miradas se entendían y se reconocían, aun hablaban entre ellas, aunque todo fueran lenguajes casi inentendibles.
En un segundo, mi cerebro, como loco empezó a recorrer con gran agilidad y rapidez todas las recónditas calles que lo formaban, buscando el dueño de aquella inolvidable mirada.
Seguí mi camino y él el suyo, pero no pude resistir la tentación de volver a mirar, de regresar la vista a atrás, pensando que unicamente a pesar de aquel precioso momento, todo había sido mera coincidencia o fruto de mi imaginación, pero no, allí la volví a encontrar, aun mirándome, tratando de recordar quien era yo y por qué tanta complicidad.

0 comentarios